ESP | ENG
ESP | ENG
ESP | ENG
ESP | ENG
ESP | ENG
ESP | ENG

LETTERS TO LIVING BEING

LETTERS TO LIVING BEINGS - YESSICA DÍAZ [MEX]

Proyecto Mailing [09.04.21 - 30.04.21].

LETTERS TO LINVIG BEINGS

[09.04.21 – 30.04.21]
During 2020, I paid more attention to herself like many people who live alone in pandemic confinement; to everything that is alive and with which I share the space I inhabit. I started writing letters to fruits, vegetables, plants, insects. Who I questioned, I contemplate, I coexist. As a memory of what happened, with the certaintly that recipients react to my words with movements, spots and color.

Yessica Díaz- Toluca, México
The immediacy of communication is a normal element in our time. It is revolutionary to stop and write a letter, even more if the sender is a living being that does not use our communication codes. In this invitation to explore Mail-Art, Yessica proposes a series of written correspondence from coexistence, in which daily and affective narratives are transformed through an intimate process between forms of life that seek to communicate.
In this communicative process, cabbage, green aphids, rosemary and calendula are proposed as receptors, living beings that have other - visual - strategies to communicate. The question is, Are these living beings interested in answering us? In the Western concept of communication, an answer is sought. However, we must not forget ancient times when natural forces - gods - communicated with us through symbolic language. If there is an answer, let's not wait for it written.

Marco Herrera - Lima, Perú





Yessica Díaz [MEX]

She currently lives and works in Toluca, Mexico.

Master in Arts from the Autonomous University of the State of Morelos, Mexico. She has participated in various collective and individual projects in cities such as Buenos Aires, Canada, Sao Paulo, Madrid, Medellin, New York, Massachusetts and Mexico. In 2019 she was awarded a grant for developing artists with Pottery of affections: Crockery and cutlery for caressing a body. In 2009, she received a grant in Baja California for young creators working with the Tacos Various Graphic Project.

 


CARTA A UNAS COLES MORADAS
Cuando comenzó el confinamiento en marzo del 2020, salía cada 10 o 15 días a comprar comida. La tercera vez que salí tuve la necesidad no sólo de comprar comida que me nutriera, sino que pudiera observar, contemplar. En el mercado, tu color y tu forma llamaron mi atención, te llevé a casa. Esa tarde te coloqué cerca de la ventana por donde entra el sol y comencé a dibujarte. Intenté igualar tu color con grana cochinilla y un poco de vinagre o bicarbonato. Estuve mirándote más de dos horas.

Al siguiente día levanté una de tus hojas. Me di cuenta de que al perder agua y comenzar el proceso de deshidratación, aquella rigidez iba cediendo, ahora tenías una textura sedosa, suave como la piel de un bebé. Cada día antes de dibujarte desplegaba una de tus hojas. Conforme pasaba el tiempo, las hojas que estaban más lejos de tu centro pasaban de ser suaves a tener una dureza insospechada. ¡Qué impresión! Así pasamos un mes. Me enteré de que la antocianina es lo que te da ese color, imagino que eso también contribuye a tu dureza.

Así, parte de tu familia se instaló en el departamento, fueron llegando de dos en dos. Ahora ya son más de una docena, la mayoría deshidratadas rodeadas de estambre de lana con el que intenté hacer una extensión de su forma o una especie de exoesqueleto. Aunque ahora que les escribo, no sé si es la extensión de su cuerpo o del mío.

Una amiga me regaló una planta de col morada hace poco, me dijo que la sembrara en una maceta grande. Hoy me di cuenta de que quieres florecer, como el brócoli que me regalaron el año pasado. Me he puesto a investigar más, estoy entendiendo en qué momento del año te tengo que sembrar. Pensé que me regalaban una planta que daba fruto y veo que es tu momento de florecer, guardaré tus semillas para agosto y espero que a fin de año podamos conocernos en otro momento de tu vida.



CARTA A LOS PULGONES VERDES
Hola,

Necesito decirles que son la plaga con la que más he lidiado después de los humanos, ya les tengo cariño. Espero no se ofendan los humanos por decirles plaga, pero en el sentido estricto del término plaga es quien resulta perjudicial para otro ser vivo y en ocasiones me siento así.

Me gusta verlos caminar con ese cuerpo transparente en forma de gota. Sé que cuando los puedo contemplar es porque ya cambiaron de cuerpo tres o cuatro veces, por lo regular me doy cuenta de que llegaron por que las hojas están pegajosas y hay diminutas mudas de cuerpos que van dejando en esas partículas blancas. Leí que pueden reproducirse asexualmente y que “las hembras pueden desarrollar embriones antes de alcanzar el estado adulto, e incluso mientras ellas mismas son embriones en el interior de sus madres”. Entonces esto se convierte en una cadena infinita de seres precoces. Nacen siendo madres, si no tienen niñez, ¿no juegan? He visto a otros insectos hacer una serie de movimientos que yo interpreto como juego y pienso que compartimos etapas de la vida, pero con ustedes ¿qué pasa?, vienen sólo a ¿comer y reproducirse?

Me gusta que tienen el cubierto integrado en el cuerpo para comer, ¡qué maravilla! Su boca es un popote succionador que devora la savia de todo lo que se deje, bueno, no sé si las plantas ponen resistencia, ¿harán algo para defenderse?, ¿desprenderán alguna sustancia desagradable al sentirse atacadas? ó ¿les gustará el fracking? Se que en algunos bosques en México donde llega la mariposa monarca los árboles empezaron a desprender una sustancia para que las mariposas no se acercaran, como reacción ante el estrés que sentían por tantos humanos cerca. Así, han migrado a otros lugares.

Nos vemos en la siguiente ocasión que riegue de más alguna planta. Cuídense.



CARTA AL ROMERO
Confieso que me encanta el aroma que desprendes y las flores moradas que brotan de ti, dos veces al año. Son tan frágiles, se parecen a las orquídeas.

No recuerdo el momento exacto en el que decidí vivir contigo, pero desde hace 7 años eres un arbusto indispensable en mi vida. Lo que si recuerdo es que mucho tiempo después de sólo admirarte y tocar tus hojas; te hice participe de mis alimentos. Te mezclo con las papas cambray, con un filete de pescado, en unas galletas de mantequilla, en una taza con agua caliente. Las galletas de mantequilla contigo son muy solicitadas. ¿Qué sientes al ser cocinado?, ¿imaginaste que serías parte de algo así?

En una ocasión platicando con una querida cocinera en Brasil, me dijo que con el Alecrim había curado a varias personas de la depresión. Eres bueno para erradicar la tristeza. Ahora, cada vez que cocino contigo pienso que estoy añadiendo una emoción o un antídoto para aminorar otras emociones. Qué bonito se escucha tu nombre en portugués.

En esta pandemia adorné pasteles con tus flores, puse tus ramas a macerar en alcohol y ese alcohol lo uso para sanitizarme cada vez que llego a casa, siento que tú me das la bienvenida y me haces sentir bien. Te he reproducido a partir de esquejes un par de veces, no sé que ha sido de esa familia, les perdí la pista.

Agradezco tu compañía.



CARTA A LA CALÉNDULA
Quien me presentó contigo me dijo que eras “la señorita caléndula”, que eras muy delicada, que no te gustaba que te cambiaran de lugar. En ese momento pensé que no podríamos ser compañeras de vida porque yo me mudo de casa con frecuencia. Esperé el momento en el que me parecía que me podía detener en algún lugar y te sembré.

Tus semillas me parecen una especie de orejas que echan raíz y florecen escuchando la tierra. En mi huerto eres la única flor desde hace 6 años. Me costó trabajo que sobrevivieras a los movimientos en un mismo sitio, una vez que entendí tu forma de vida sedentaria, floreciste. Has dado muchas flores y con ellas he hecho galletas y té. Después de probarte así, leí que eres buena para la cicatrización porque regenerabas el tejido y seguro eso te ha ayudado a seguir existiendo en pleno siglo XXI. Tus hojas tienen una forma particular, primitiva según yo y parece que es cierto.

Me acabo de enterar que naciste en el Cretácico ¡Caramba! Qué habrá sido eso de convivir con animales tan inmensos como los dinosaurios y ser parte de su alimento. Seguro que, si me acerco más a ti, con un microscopio, podré encontrar elementos estructurales que compartimos, que posiblemente nos has heredado desde aquel período. Bueno, seguro habrá otros seres vivos con los que convivo a diario que tienen ese parentesco, pero no sé el árbol genealógico de alguien más, seguiré investigando. Por el momento me da gusto ser parte de tu familia y pensar que tenemos un vínculo.

Gracias por existir.

 

    SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN